Esta pérdida puede significar un perjuicio moral importante, existiendo diversos grados que van desde el muy grave al leve, dependiendo de la pérdida de autonomía personal y considerándose muy grave el que impide las actividades esenciales de la vida diaria, como pueden ser vestirse o descalzarse.
El grave es aquel que se pierde la autonomía solamente para algunas actividades de la vida ordinaria o de desarrollo personal.
En última instancia están el perjuicio moderado o el leve, que es aquel en el que la víctima con secuelas de más de 6 puntos no puede desarrollar actividades concretas que tengan trascendencia en su desarrollo personal.
En estos supuestos puede darse como repercusión de un accidente de gran intensidad, el que se produzca en los familiares de grandes lesionados un grave perjuicio moral causado por la alteración que conlleva en la vida de las personas que deben prestar solícitos cuidados y atención a los grandes lesionados.